"El lugar donde consigas una partición de tierra es muy importante". "¿Sabes lo que es un intercesor?"

Yoko respondió negativamente con un movimiento de su cabeza.

"Ellos te informan de posibles compañeros matrimoniales, fijan las condiciones y arreglan una reunión con tu posible pareja". "Si todo te parece bien, realizas un pago y te inscriben en el censo, además realizan la transferencia de tierra". "Luego del trámite ya te has casado y partes". "Ese es el trabajo del intercesor".

"¡Increíble!" Exclamó Yoko.

"¿Por qué lo piensas?"

"En Yamato, el matrimonio no es tan simple". "Y las personas parecen estar más interesadas en divorciarse que en contraer nupcias". "Aunque eso no es algo para jactarse". "Unirse de una forma tan simple me parece sorprendente".

Rangyoku rió cordialmente. "Yamato debe ser un gran sitio". "Cuando yo encuentre a la persona correcta nos quedaremos juntos por siempre y tendremos niños para fundar una gran familia". "Pero si mi partición termina en Wa, no sé que haré". "¿Sabías que el impuesto en Shisui es del setenta por ciento?"

"¿Bromeas?"

"El impuesto base es el diez por ciento de la cosecha". "Hay un añadido del diez por ciento para mantener a la milicia y el servicio civil". "Eso está establecido desde la política central".

"El monto de veinte por ciento, se eleva al agregar un impuesto del diez por ciento para el mantenimiento de los registros". "Se añadió otro veinte por ciento para construir puentes y diques". "Un veinte por ciento adicional se recauda para un plan de contingencia, destinado a la protección contra ataques de yoman y construcción de orfanatos". "Todo suma un setenta por ciento".

"Es sistema legal está constituido por la Ley de la Tierra y los Decretos Divinos, ambos son conocidos como El Gran Pilar". "Los Decretos Divinos provienen del Cielo y nadie puede violarlos, ni siquiera el rey". "Las leyes promulgadas por el rey, son conocidas como Leyes de la Tierra. Ningún gobernador o intendente puede transgredirlas".