La preocupación visual de los hombres se volvió sonora. Todos ellos comenzaron a hablar, en una conversación donde las palabras volaban de un lado a otro, pero Suzu no comprendió ni una sola. "¿Dónde me encuentro? Yo debo regresar. ¿Cómo puedo regresar a mi pueblo desde aquí? Cualquier camino hacia Tokio también me servirá, supongo. ¿Alguien sabe donde vive el señor Aoyagi Sama?" Esto puso fin a la conversación de los hombres. Expresiones de confusión nublaron sus semblantes. Suzu se sentó en la cubierta de la embarcación donde se encontraba y miró los alrededores con más atención. Pudo observar una línea de tierra con acantilados. La cara interna de los acantilados parecía ahuecada. Donde ella vivía había una cascada en lo profundo de las colinas, pero ninguna de esas colinas era tan alta. A medida que se acercaban a la costa los acantilados parecían extenderse a derecha e izquierda de su destino. Desde esta sección de la cubierta no se podía apreciar ninguna playa o base en los acantilados para anclar la barca. Las embarcaciones se ataban en una suerte de zona de amarre y en dirección opuesta donde la barca se encontraba con los acantilados había una línea de casas pequeñas. "Eso tiene sentido", pensó Suzu. "Como no hay playa ellos debieron construir una. ¿Pero como harán para subir estos acantilados?" Cuando ella volteó su cabeza, notó que había escalones de piedra y un pasamanos que corrían a lo largo de la cara del acantilado hasta llegar arriba. "Así es como ellos deben subir y bajar". "Subir una escalera así me producirá vértigo" murmuró Suzu. Los hombres bajaron tras ella y atrajeron su atención apuntando con el dedo hacia la cima del acantilado. Luego la escoltaron por el muelle de madera hasta llegar a los escalones tallados en la cara del precipicio. Ese fue el inicio de su ascenso. Luego de un rato, cada vez que ella quería detenerse a descansar, alguien la empujaba gentilmente desde atrás o la jalaba desde el frente. Evitando mirar sobre su hombro y sofocada por el ascenso, finalmente llegó a la cima. |