"¿Usted también se decidió?"

"Así es, yo también ascenderé al Monte Ho".

El asombro hizo que Gankyu y el posadero dejaran caer sus mandíbulas.

"Y una vez allí, veré a Kyoki". Agregó la chica.

"¡Espere un minuto! ¿Usted pretende..."

"¿Ascender?"

"... para ver al kirin?"

"¡Oh, vamos! ¿Ahora me dirán que los niños no pueden ascender?" Dijo ella.

"No, ellos no pueden". Gankyu rara vez se queda sin palabras. "Y eso es seguro". "Aún... Sin importar las circunstancias, es muy poco probable que usted..."

"¿Por qué dice eso?" "Si a un adulto estuviera asignado el trono, ya tendríamos un rey". "Pero eso aún no ha sucedido, entonces yo he decidido intentarlo".

Habiendo dicho eso, la muchacha volvió a mirar a Gankyu con evidente desdén.

"¿Además, usted dice que la ascensión es muy difícil, pero acaso usted no se encuentra en Kenjo haciendo un alto en su viaje a Kokai?" "Tal vez usted pueda aventajarme ahora, pero su viaje al Monte Ho será en vano, porque nadie nombraría rey a un hombre que le quita el cuarto a un niño".

"¿Señorita, sabe usted la clase de lugar que es Kokai?"

"No, al igual que la mayoría de las personas", pensó la chica asombrada por la insistencia de Gankyu.

"Un lugar deshabitado, sin pueblos, caminos ni posadas" respondió ella.

"Eso no es todo".

"Seguramente usted se refiere a los yoman". "Pero eso ya lo se, y los yoman pueden atacar en cualquier sitio".