"Ese es el punto". "¿Usted se ha extraviado?" "¿Tomó el camino equivocado?" "¿Dónde están sus padres?" "Yo no estoy perdida, ni equivoqué mi camino". "¿Esto es Kenjo, verdad?" "Mis padres están en Rensho". Gankyu abrió sus ojos, mostrando sorpresa. El posadero que había escuchado toda la conversación, preguntó muy asombrado. "¿Rensho?" "¿Es donde usted vive?" "Así es, he realizado un largo viaje desde Rensho". "Todo este tiempo de ardua travesía me dejó extenuada y cuando pensaba que iba a morir, finalmente llegué aquí". "¿No piensa usted que, después de tanto esfuerzo, sería horrible carecer de un lugar donde pasar la noche?" "¿Me está diciendo que hizo ese viaje sola?" "¿Quién la acompaña?" "Nadie, he venido yo sola", respondió la niña. Gankyu se sintió superado por la sorpresa. Rensho era la capital del Reino de Kyo, llegar hasta Kenjo caminando y luego rentando un barco llevaría dos meses aproximadamente. Era un trayecto difícil especialmente para una niña. "¿Realmente hizo eso?" "¿Vino desde Rensho sin compañía alguna?" "Así es". "Si eso le provoca admiración, por qué no se anima y me cede el cuarto". Gankyu quedó estático del asombro. Una persona tan joven, sin la guía o protección de un adulto, había podido vencer una distancia tan grande. Incluso Gankyu hubiera desistido de cruzar tal distancia, sin al menos una bestia. "¿Por qué razón usted haría un viaje de esa forma para poder llegar hasta aquí?" Ella levantó sus ojos hacia Gankyu, en la mirada de la chica era evidente su desdén. "Porque yo también me decidí, y esta ciudad es un punto de paso". "Todo aquel que emprende el peregrinaje debe pasar por aquí eventualmente". |