"Debido a eso, intento pasar allí la menor cantidad de tiempo posible". "Y los problemas en mi última cacería me dejaron con pocos recursos, así que no puedo darme el lujo de viajar en barco o costear costosos hoteles". "Por esa razón, monté en mi haku recién domado para llegar hasta aquí, viajando durante tres días y dos noches, dormitando de vez en vez". "A decir verdad, este caballero fue compañero mío y debido a esa razón me está ayudando". "Realmente, ya no me queda mucho dinero". "¿Será cierto?" murmuró la muchacha, mientras se sumergía en sus pensamientos. Gankyu llamó su atención jalando ligeramente la larga manga de su vestimenta. "Lo que intento decirle es que Kokai es un lugar muy peligroso". "Sin ánimos de insultarla, le recomiendo que regrese a su casa". "En lo referente al cuarto, úselo esta..." La muchacha interrumpió a Gankyu en mitad de la frase, mientras comenzaba a quitarse algunas prendas. Luego de sacarse su kimono cubierto de polvo, se quitó una chaqueta y dio vuelta su forro, extrayendo de este varias monedas de plata. Gankyo dejó caer su mandíbula por el asombro. Cada una de esas monedas equivalían a cinco ryo, el salario mensual de un oficial de bajo rango del gobierno. Él nunca habría imaginado que esa polvorienta muchacha pudiera portar ni siquiera un mai. La muchacha extiende el chaleco hacia Gankyu. "Aquí tiene trece mai y sesenta y cinco ryo". "Por favor, escólteme al Monte Ho". Gankyu mira a la muchacha enmudecido por el asombro. "Pero qué..." La muchacha le sonrió dulcemente y dijo. "Mi nombre es Shusho". "Podemos compartir el cuarto, yo tomaré la cama y usted podrá dormir en el suelo". "¿Acepta?" Es en este punto donde el folleto se detiene. El texto del libro es gramaticalmente más rico y cuenta con numerosas ilustraciones que acompañan la narración. |