Cuando ellos se distanciaban, ella se acercaba con una ráfaga de pequeños pasos y pisaba con satisfacción la sombra de la cabeza del hombre.

Repitiendo esto una y otra vez, ellos atravesaron por el paso de la montaña. Al llegar al otro lado, la sombra de la cabeza del hombre desapareció. Él se había detenido para mirar el cielo.

Las nubes atravesaban el cielo desde atrás hacia adelante. La sombra sobre la que Suzu había estado caminando se desvaneció.

"Parece que comenzará a llover"

Ellos miraron hacia atrás, hacia el lugar de donde venían. Una sombra avanzó por las colinas y se pegó a sus talones, casi como si la lluvia los estuviera siguiendo. Una brisa cálida comenzó a soplar y las gotas de lluvia tamborileaban sobre el camino.

"Bien, esto es desafortunado", dijo el hombre y se refugió bajo un árbol de alcanfor que crecía junto al camino. Suzu abrazó su furoshiki (equipaje) y corrió tras el hombre. Las grandes gotas golpeaban ruidosamente sus mejillas y hombros. Cuando ella alcanzó las ramas del árbol, la fuerte lluvia se convirtió en una dura tormenta.

Suzu cubrió su cuello y corrió hacia la base del árbol. El tronco retorcido tenía sus raíces expuestas por fuera de la tierra y su base estaba bastante desgastada. Seguramente, esto se debía a la gran cantidad de personas que frecuentemente buscaban refugio bajo el árbol. Durante su carrera hacia el tronco Suzu pierde el equilibrio.

"Oh, no... tropecé". Ella pensó y se vio cayendo. Con el siguiente paso intentó equilibrarse pero su pie golpeó contra otra raíz. Suzu continuó avanzando en una secuencia de tropiezos y al final de su pequeño baile encontró un precipicio.

"¡Eh, ten cuidado!"

A mitad de la advertencia, la voz del hombre se convirtió en un grito ya que la tierra cedió a la erosión y se formó un enorme precipicio donde antes había un terraplén. Suzu quedó al borde del precipicio pero no pudo mantener el equilibrio y cayó. Logró asirse de una rama cercana e intentó alcanzar la mano del hombre pero finalmente cedió. Ella comenzó a dar vueltas en el aire hasta que un torrente de agua la golpeó con la fuerza de una cascada.